viernes, 28 de septiembre de 2012

Mi amigo el zorzal.


(...)
Muere el sol y, junto al río,
da sus silbos el zorzal:
la tarde que se marchaba
se volvió para escuchar; (...)



Siempre me había llamado la atención esa habilidad un tanto extraña que tenía mi abuelo para "comunicarse" con los animales (No... no a lo Elisa Thornberry ¬¬) o que ellos se le acercasen sin problema ni miedo como suelen tener...

Desde pequeña cuando íbamos al parque a cabalgar, me había dado cuenta de ello y sin embargo aunque él ya no esté aquí, volví a sentir esa magia.


Una tarde, comiendo en una banca del Parque Bustamante junto a mi querida madre, llegaron varias palomas y pedir comida (como siempre) y un pequeño zorzal. No nos detuvimos mucho en darles comida hasta que la pequeña ave se acercó más que ellos y nos quedó mirando fijamente como esperando algo. Eso me llamó un poco la atención y sólo me causó una pequeña risita hasta que se acercó más y cantó por un rato.


Luego de habernos quedado algo impresionadas por ello, ya que los zorzales no se conocen por ser aves muy cercanas al hombre, le di un poco de pan y comió muy feliz.


Finalmente, después de espantar a las palomas abusivas que se llevaban la comida y de haber acabado lo nuestro, nos retiramos despidiéndonos del ave. Mas fue sorpresivo que caminando, el zorzal se posara en una planta frente a nosotros y se nos acercara una vez más como para "despedirse".


Todavía no logro explicar ese comportamiento.