lunes, 21 de enero de 2013

Cartas.


Las cartas: Unos cuantos párrafos que pueden dar paso a emociones increíblemente fuertes ya sea de aceptación o de rechazo absoluto. Que pueden dar vuelta tu mundo en cuestión de segundos y que aún si pasa el tiempo, una vez que la encuentras, todo retrocede.

Durante mi labor de buscar recuerdos para mi libreta, me he encontrado con muchas, algunas que ya decía que estaban perdidas, rotas o quemadas.

Pero no. Estaban ahí, en mi cajón, en mis cuadernos o en mi computadora, cada uno de ellos seguía intacto como cuando fue redactado.

Y al abrirlas, el tiempo vuelve a lo que fue, a esa docena de instantes en los que estaba feliz, triste o enojada con una misma persona y cada mensaje me alentaba más a suspirar o gritar por ella.

O aquel mensaje que no leí sino hasta después, de arrepentimiento por haber mentido, porque no podía mentirme más, al menos no a mi. Y esa sensación de "era justo lo que estaba esperando".

Más tarde, esa carta de San Valentín: La más original que había recibido hasta ese entonces, entregada directamente en ese parque aquella tarde de verano, luego de habernos quedado sin junta, ja.

Y luego, esa carta prohibida... aquella que tuve que ocultar para no ser acusada e inventar pretextos... de que no era yo la que era mencionada cuando claramente era mentira.

Y finalmente, mis dos últimas cartas, a pulso de una mano que se dice "novata" en el asunto y cuyas palabras hacen que me ponga nerviosa y que me cueste pensar claramente.

Todas y cada una de ellas han sido importantes en su momento, y debo agradecerles a cada uno por dedicarle un momento, aunque hayan sido minutos de su existencia a pensar en esta mente loca.

----

Ahora, veamos que más palabras pueden llegar de mi querida mano "inexperta".